Ama hasta que te duela. Si te duele es buena
señal.
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo
una gota en el mar, pero el mar sería menos si le
faltara una gota.
Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de
Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para
hacernos reconocer que no somos nosotros los que
controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien
tiene el control, y podemos confiar plenamente en
Él.
El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.
El fruto del silencio es la oración. El fruto de
la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor.
El fruto del amor es el servicio. El fruto del
servicio es la paz.
No debemos permitir que alguien se aleje de
nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
No puedo parar de trabajar. Tendré toda la
eternidad para descansar.
La paz comienza con una sonrisa.
Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía
más.
Para hacer que una lámpara esté siempre
encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el
corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios.
No deis sólo lo superfluo, dad vuestro corazón.
No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas
pequeñas con un gran amor.
Nuestra tarea consiste en animar a cristianos y
no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra
de amor, hecha de todo corazón, acerca a las
personas a Dios.
La vida es un juego; participa en él. La vida es
demasiado preciosa; no la destruyas.
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Lo que importa es cuanto amor ponemos en el
trabajo que realizamos.
Amo a todas las religiones, pero estoy enamorada
de la mía.
Jesús es mi Dios, Jesús es mi Esposo, Jesús es
mi Vida, Jesús es mi único Amor, Jesús es todo mi
ser, Jesús es mi todo.
Cuanto menos poseemos, más podemos poseer.
Sin nuestro sufrimiento, nuestra tarea no
diferiría de la asistencia social.
Mi sangre y mis orígenes son albaneses, pero soy
de ciudadanía india. Soy monja católica. Por
profesión, pertenezco al mundo entero. Por corazón,
pertenezco por completo al Corazón de Jesús.
Los niños son como las estrellas. Nunca hay
demasiados.